El precio medio de las remesas podría caer en un -10% en el primer año España se dispone a liberalizar el mercado de remesas El Ministerio de Economía español ha sacado a información pública una nueva normativa que liberalizará la distribución del mercado de remesas, promoviendo una muy sustancial reducción de los precios de envío. Esta reforma surge del desarrollo reglamentario de la nueva Ley de Servicios de Pagos, que transpone la Directiva Europea de Servicios de Pagos (PSD). Gracias a ello, las empresas remesadoras, que ahora reciben el nuevo nombre de entidades de pago (EP) podrían recibir un notable impulso liberalizador, si el Proyecto de Real Decreto de Régimen Jurídico de las EP es finalmente aprobado en la forma que se acaba de hacer público (descárguelo a pie de página). Es evidente que la liberalización va a afectar al margen comercial de las empresas remesadoras, pero la norma también permite nuevas actividades que podrían compensar esa caída.
El plato fuerte de la liberalización será eliminar el mayor cuello de botella para el envío de remesas: el régimen de exclusiva de los agentes, que impedía la competencia en el punto de venta. Mientras que en un supermercado hay decenas de marcas, por ejemplo, de café, que compiten entre sí, en los locutorios solo hay una, que detenta la exclusiva. En casi todos los países europeos las empresas remesadoras distribuyen sus servicios por medio de agentes externos. Pero mientras en Italia se permite que los agentes representen a varias empresas creando competencia en el punto de venta, la exclusividad es una de las principales particularidades del sector español. El número de agentes, según los datos del Banco de España al cierre del ejercicio de 2008, es de 13.552 (9.189 personas físicas y 4.363 personas jurídicas) que ofrecen sus servicios en 25.576 locales diferentes por todo el país. Se trata de un número ingente de locales que supone aproximadamente uno por cada 200 inmigrantes, una elefantiasis que sugiere la llegada al límite de ineficiencia de este régimen.
El resultado de este sistema es que los precios medios de las remesas en España están entre los más económicos de Europa, pero por un pelo frente a Italia, cuando allí no hay más que una fracción de los agentes y empresas remesadoras existentes en España. Pero el mercado transalpino compensa su menor número con la ausencia de exclusividad, que permite a casi todas las empresas remesadoras una implantación nacional, sin requerir un número global exorbitado de agentes. Así, el Ministerio de Economía pretende una liberalización semejante a la del mercado de automóviles, dónde había múltiples fabricantes, pero los puntos de venta estaban ligados a una única marca. Un sistema que se liberalizó con los concesionarios multimarca. El impacto en el precio de las remesas del final de la exclusividad, según una simulación realizada por Remesas.org, podría reducir los precios medios en España hasta en un 10%. Esta simulación toma en cuenta la estructura del mercado en Italia, que sugiere que el número global de agentes se reducirá por la desaparición de los locutorios marginales, cuya actividad será absorbida por los que dispongan de las mejores localizaciones. Esta simulación también señala que se creará un conflicto para los remesadores que optaron por crear una red de oficinas propias ¿Desarrollarán la red distribuyendo a otros remesadores u optarán por su propia marca distribuyendo nuevos servicios? El único “pero” que se puede poner al texto del Real Decreto, que dedica su Título III a la cuestión de los agentes, es que el final del régimen de exclusividad no es explícito. La única referencia al asunto, en el artículo 7c, solo habla de la forma en que se tendrán que gestionar los casos de “doble apoderamiento” de agentes. Dada la trascendencia de este apartado, sería deseable una referencia más explícita a la cuestión incluyendo una especificación de su carácter absoluto, y no limitado a dos apoderamientos por agente, como se podría interpretar.
Además, el Proyecto de Real Decreto contiene otra novedad que también incrementará la competencia en el mercado, aunque en menor medida. Mientras que en la actualidad se exige un capital mínimo de €300.00 para obtener una licencia de envío de remesas, ahora bastarán €20.000. Gracias a esto, la licencia se podrá solicitar para una Sociedad de Responsabilidad Limitada, o cualquier otra forma mercantil simplificada. Es la primera ocasión que en España se reducen las exigencias de capital, por lo que no hay referencias sobre la elasticidad de la demanda de licencias. Pero hay que pensar que se incrementará. Sin embargo, ya hay en España más de sesenta licencias otorgadas por lo solo habrá un impacto en la oferta si realmente el número de nuevos operadores es elevado, o tienen verdadera capacidad de competir. Por ejemplo, los primeros candidatos a solicitar la licencia son todas aquellas entidades que ya tenían relación con esta actividad, pero no la emprendían por su elevado coste. Ahora podría ser una opción atractiva para empresarios que dispongan de varios locutorios o incluso asociaciones de emigrantes. Sin duda que estas entidades podrán desarrollarse en el mercado, pero está lejos de sus posibilidades el competir abiertamente con las grandes multinacionales del sector.
El Proyecto recoge otras novedades que facilitan la gestión de las empresas remesadoras (posibilidad de utilizar una garantía bancaria en lugar del seguro, ya no será necesario apoderar a los agentes ante notario, etc) o de su creación (las entidades hibridas, que podrán añadir a su actividad actual la de entidades de pagos). Asimismo, se crean nuevos mercados para las Entidades de Pagos, tanto en España (el pago de recibos) como en el exterior (realizando todas estas actividades en países terceros, tanto miembros de la Unión Europea, en un régimen de liberalidad absoluta; como en los que no sean miembros con un mecanismo regulado en los arts 10 y 11).
En resumen, España habrá dado un paso de gigante en la liberalización de los servicios de envío de remesas si finalmente se mantienen la reducción de capital y la liberalización de los agentes en la forma final del Real Decreto. Habrá más empresas remesadoras, incrementándose con ello la competencia. Se eliminará el cuello de botella que suponía la exclusiva en la representación de los agentes, creándose competencia en el punto de venta, que hasta ahora no existía. Ambos elementos sugieren una reducción inmediata de los precios de estos servicios que desde aquí seguiremos muy de cerca. Ciertamente, esto supone que el margen en el envío de remesas va a caer, pero los remesadores podrán compensar esa merma con las nuevas actividades autorizadas como el pago de recibos, o los nuevos mercados que les aporta la normativa, ya que por primera vez existe un régimen de veras permisivo para que se conviertan en multinacionales. El texto de la nueva normativa estará en audiencia pública hasta el 17 de febrero de 2010. Si el trámite sigue el curso normal, se podría tener la nueva legislación en vigor antes de la próxima Semana Santa.